Muy comentado ha sido el caso de la mujer de Curicó que sufrió una esterilización involuntaria al momento del parto de su hijo en noviembre de 2002.
Ella se enteró de que vivía con VIH cuando comenzaron sus controles periódicos de embarazo, momento en el cual se sometió a tratamiento para que su hijo no naciera con VIH.
El día de la cesárea, su médico tratante le ligó las trompas de Falopio sin el consentimiento de la paciente. La versión del médico indica que la paciente había dado su autorización en pabellón para la esterilización, sin embargo la afectada niega esta afirmación.
Actualmente su hijo vive sano y ella esta dando una lucha emblemática, representada por un abogado y asesorada por Vivo Positivo.
El abogado constata que el caso está lleno de irregularidades y que el testimonio de la defensa es contradictorio. A pesar de esto, la defensa del doctor está confiada en que él resulte absuelto. De ocurrir esto, el caso será llevado a
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